Al final de esta noche densa
sólo hay otro día gris.
Las preguntas que hago a tu ausencia
no hallan más respuesta
que un doloroso silencio
clavándose en mis sienes.
Cada por qué reverbera
insoportablemente pesado,
llenando de un eco amargo
y áspero mi desconsuelo.
Después de estas horas negras
vendrá otro día gris.
Me asomaré a mi ventana
cansada de esta añoranza
que me carcome por dentro
depredando inclemente y terca.
Quiero parar esto, basta ya
de torturar mi mente,
de machacar mi pecho.
Quiero pensar que un día
dejará de doler la soledad.
Debo detenerla, debo parar
de alimentar a la bestia
con lo que queda de mí.
Debo creer que un día
tu imagen hiriente se esfumará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario